miércoles, 30 de enero de 2008

Dos puntos que me intrigan

Hola Máximo y equipo:
Preparandome para marzo y revisando los trabajos prácticos y bibliografía, me han surgido un montón de interrogantes, pero hay dos que me parece importante profundizar y me gustaría una ampliación de vuestra parte:
La primera, de la página 209 del libro "Epistemología de la Educación, último párrafo, cuando dice "... Y lo encuentra en su conocido método analítico geométrico", me parece importatante profundizar en qué es, en qué consiste, cómo funciona el método antedicho, en especial por la implicancias que el texto le otorga luego en el desarrollo de las ciencias.
La segunda es acaso una aclaración, página 234, final del tercer párrafo: "...Sin ser hegelianos, algunos de nuestros ilustrados lo intentaron y de algún modo lo concretaron en un gran proyecto". ¿Quiénes son estos ilustrados y cuál es el gran proyecto aludido?
Bueno, espero Máximo y equipo, vuestra respuesta para "aclarar" un poco el panorama, al menos el mío.
¡Ah! Una última cosa: Si la teología subyacente en este período histórico basa su principio fundante en el pecado original y la corrupción del hombre íntegro, entonces: ¿Cómo puedo asegurar que mi "pensar", por lo tanto "mis ideas" aunque claras y distintas, no estén también corrompidas, aún cuando de figuras y números se trate? Menuda cuestión.

viernes, 11 de enero de 2008

OTRO ARTICULO ... PREPARANDO EL EXAMEN FINAL

Me ha llegado este artículo de un profesor de la Universidad Nacional del Sur. Me ha precido importante,´acercárselos; seguramente su lectura redundará para un diálogo más profundo en la evaluación final que nos hagamos, creo que el 1º de marzo para los De Ciencias Sociales, y en fecha posterior para los de Pedagogía


La universidad: historia y problema (Parte XII)


Por Ricardo Vicente López (*)





La epistemología, que asegura la cientificidad de tal sistema de saberes, está estructurada sobre la base de la aceptación de la dualidad cartesiana, la que parte de la existencia de un enfrentamiento entre un sujeto, encerrado en su solipsismo, y el objeto, como exterior y distinto de él, pero configurado a partir de su racionalidad,. Todo ello sostenido por una pirueta filosófica que le garantiza el razonamiento. Esta epistemología estatuyó las condiciones del saber científico y se erigió excluyentemente como el modo del saber de la ciencia. Esta definición funcionó imperialmente sobre todo otro tipo de conocimiento, sometiéndose a la división entre la doxa (la opinión) y la episteme platónica (el saber fundamentado), exacerbada exponencialmente. Es interesante la recomendación que hace Michel Serres sobre lo siguiente.


Repara en el sentido que encierra la "antigua idea griega de invariancia y estabilidad racional expresadas por el vocablo epistéme... no faltan razones, es verdad, para perpetuar las cosas...". La ironía señala el compromiso que, ese fundamento del saber de las ciencias, tiene con la preservación de un modo de estructurar el orden social y su preservación. Esto lo va a llevar a Marx a decir en su Tesis Nº 11 sobre Feuerbach que "los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de diversas maneras, lo que importa es transformarlo".


Y aquí ha podido comprobarse que la razón transformada en prejuicio es la peor forma de éste, porque impide el uso de ella como instrumento de la crítica y autocrítica a la que no se somete. La Universidad deberá preservar el ejercicio de la crítica para proteger a la razón de ella misma, en su tendencia al enclaustramiento y a la tiranía de un modo de pensar desnaturalizado, el racionalismo. Y digo "deberá" por las trabas académicas que colocan a todo pensar que no se adecue a sus moldes. Pero al mismo tiempo deberá comprometerse con las transformaciones que los resultados de las investigaciones y de las reflexiones aconsejen. Herbert Marcuse contestaba en este sentido a preguntas del diario Le Monde de París, en Mayo de 1968, sobre el compromiso de un profesor universitario:


"Toda explicación verdadera debe conducir a buscar una transformación, y hay una relación interna evidente entre la explicación y la transformación. Por mi parte, hace tiempo que no tengo una actividad política militante, es cierto. Escribo, profeso, pronuncio conferencias, hablo a los estudiantes: es la forma normal de acción para un intelectual... En los Estados Unidos, la creciente oposición a la guerra de Vietnam ha logrado ya provocar, al menos parcialmente, el cambio de la política norteamericana... No hay que hacerse ilusiones, pero tampoco hay que ser derrotista".


El positivismo del siglo XIX coronó esta historia del saber científico y condenó todo "devaneo" filosófico, que pretendiera atentar contra estos sagrados principios de la Ciencia y, al mismo tiempo, alejarlo de toda "contaminación" política. Si bien es cierto que el positivismo fue posteriormente criticado, y que fueron numerosos los intentos por romper tan rígido cerco, creo que los triunfos han sido pálidos y la capacidad de sobrevivencia, que ese modelo ha demostrado, le otorga una vitalidad digna de mejor causa. Es que las críticas no acertaron al núcleo racionalista que sostiene todo el edificio científico y, por otra parte, el predominio del avance de la investigación, en el área de las llamadas ciencias duras, ha ido reintroduciendo subrepticiamente las metodologías criticadas. Es que lo que no ha sido tenido en cuenta es que la definición de ciencia y su epistemología sólo es aplicable a la "ciencia moderna", ya que de ella depende, y no a la ciencia sin más.


(*) Profesor de la Universidad Nacional del Sur. Web / Correo

miércoles, 9 de enero de 2008

UN TEMA DE LA EVALUACIÓN FINAL

AMIGAS Y AMIGOS:

En la última clase, vimos algo del marxismo y cómo este movimiento de ideas generaba un gran proyecto liberador para el género humano. Dijimos algo acerca de las filosofías que inician un cuestionamiento de toda la racionalidad moderna (quizás sin saberlo). Nietzsche, Darwin, Freud.
Hoy les escribo dos palabras sobre el pensador danés que abre las compuertas del "existencialismo", una corriente de pensamiento poderosa al iniciarse el siglo XX. Creo que preanuncia lo que viene luego. Me parece. Pero esto es para desarrollarlo luego, fuera de clase. Con estas reflexiones damos por finalizado los contenidos para dialogar en el examen final.



Reflexiones acerca de la génesis del existencialismo

1.- La cuestión de la “esencia” y “existencia”, y su problemática relación, nace en aquella vertiente del Judeo Cristianismo que pretende ver con la inteligencia, o con la razón que discurre, los principios de toda creatura. En la filosofia griega no se había planteado ni por asomo tal problema. Desde ese momento hasta hoy, la “esencia” y la “existencia” han recorrido una riquísima historia en la filosofía europea. Es conocido el debate medieval sobre la distinción entre tales términos, y cómo se componen en la realidad efectiva.

2.- Como no podía ser de otro modo la cuestión sigue en la metafísica moderna. El dictum de Espinoza es ilustrativo: “essentia involvit existentiam” (Eth., Lib. I, def. I). De entrada nomás, para que no existan dudas: la esencia incluye la existencia!. Y es razonable lo dicho por Espinoza si se tiene en cuenta el ocultamiento del Ser Creador. En tal caso la esencia incluye a la existencia; hablar de cualquier esencia supone siempre la existencia, de lo contrario la razón caería en el abismo del no-ser. La existencia es patente; en todo caso lo problemático para la razón humana es la determinación de los atributos esenciales de las cosas o del mundo.

3.- Quien da un giro a la modernidad, en este punto, es el gran pensador danés: Soren Kierkegaard. Y su influencia fue honda en el siglo XX, en su inicio y en las décadas finales, aunque pasó desapercibido para su tiempo (siglo XIX).

4.-
El núcleo de ser humano es según Kierkegaard, la existencia, el “sí mismo” que de forma permanente se interroga y busca.
Por tal motivo el “sí mismo” nunca es una unidad perfecta; por el contrario, es más bien dualidad, o mejor: una dualidad que se mira a sí misma. Y en ese acto, hace algo, es decir elige. El “sí mismo” es proyección y libertad. Por ser “libertad” es asimismo “angustia”.
Los animales y seres inferiores viven en una admirable armonía, pero es horizontal! En cambio el sí mismo, una síntesis de cuerpo, psique y espíritu, vive en línea vertical
Hegel diluyó lo central, “el sí mismo”, sin el cual no hay filosofía que valga, ni interrogar alguno.

5.-
El existencialismo del siglo XX hunde aquí sus raíces. Es conocida la tesis antropológica: el hombre no posee esencia alguna, pues si la poseyera sería algo determinado; y si es algo determinado, carece de libertad. Y eso es el centro del hombre: libertad. El hombre es el único ser que se hace a si mísmo.